DE ESTE A OESTE – ANTONIO SOTO – Clínica Triora MonteAlminara (Málaga)
El impacto que las pantallas podrían provocar en la infancia y la adolescencia siempre ha sido motivo de preocupación, un problema que nació con la llegada del cine a la vida de los ciudadanos. El uso que las niñas y los niños hacen de las pantallas puede aportar indudables beneficios, como favorecer el contacto con el mundo exterior, la comunicación interpersonal y ser un elemento innovador de ocio y entretenimiento, entre otros. Sin embargo, su utilización va acompañada de riesgos y daños como: el desarrollar hábitos de vida no saludables, la recepción de información inexacta, el acceso a contenidos inadecuados o perjudiciales, la violación de la intimidad y el acoso cibernético. Y, ¿cómo podemos prevenir esto? Expertos como Antonio Soto, de la Clínica Triora MonteAlminara, recomiendan llevar unos horarios a raja tabla que permitan a los menores hacer deporte, jugar al aire libre o compartir con la familia y amigos. Entre otras cosas, uno de los problemas es que también los menores tienen que tener la supervisión de personas adultas cuando tienen en las manos aparatos tecnológicos. El problema, es que a veces ni siquiera las personas más mayores tienen conocimiento de este uso y normalizan la situación considerándola cotidiana.
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