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Andalucía recuerda el accidente nuclear de la región japonesa de Fukushima, que ha dejado la zona inhabitable y a miles de personas con radioactividad

El desastre nuclear de Fukushima en 2011 azotó a toda una región de Japón. Un tsunami embistió a la costa este de Japón y causó daños en la Estación de Energía Nuclear de Fukushima de donde se liberaron grandes cantidades de material radiactivo en el ambiente. 

Desde entonces, se han utilizado más de un millón de toneladas de agua para enfriar los reactores derretidos. En promedio, cada día en Fukushima se bombean cerca de 200 toneladas de agua radioactiva que proviene de los reactores dañados. A día de hoy, los oligopolios de electricidad siguen promoviendo y utilizando la energía nuclear, y es por ello que, cada 11 de marzo, miles de personas en todo el mundo se unen para rememorar esta catástrofe.

Ecologistas en Acción de Málaga Ciudad y la Universidad de Málaga han plantado un almendro en recuerdo de las víctimas del desastre de Fukushima en la parte trasera de la biblioteca de Ciencias de la Universidad de Málaga. Además, se han recitado poemas de temática medio ambiental y pacifista. Alberto Medina, integrante de Ecologistas en Acción Málaga Ciudad nos cuenta más detalles sobre estos actos.

ALBERTO MEDINA – Ecologistas en Acción Málaga Ciudad

Por otro lado, la Asamblea Antinuclear de Córdoba recordará esta tarde la catástrofe en su noveno aniversario en la concentración del Parque de Miraflores, añadiendo un nuevo ginkgo a los ocho que se han plantado en años anteriores.

 Desde esta Asamblea piden el cierre de estas centrales y afirman que las centrales nucleares poseen grandes intereses económicos, además de que los residuos que generan suponen un riesgo letal para las generaciones futuras. Guillermo Contreras, portavoz de la Asamblea Antinuclear de Córdoba, nos amplía la información.

GUILLERMO CONTRERAS – Asamblea Antinuclear Córdoba

Desastre ambiental

Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que en la región japonesa ha aumentado el riesgo de algunos cánceres. Además, según este informe, es necesario vigilar la grave contaminación ambiental de las aguas y alimentos producida por la radiactividad.

En la actualidad una amplia zona sigue sin poder habitarse, la radiación continúa produciendo mutaciones y matando a organismos vivos, los vertidos no se han detenido y la acumulación de residuos radiactivos letales desborda todas las previsiones iniciales.


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