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Las cooperativas de los centros de educación ambiental solicitan ayudas directas a la Junta de Andalucía ante la paralización de su actividad desde el comienzo de la pandemia

MARI LUZ DÍAZ-Cooperativas de educación ambiental

Seguramente les suene las granjas escuelas, las aulas de naturaleza, las aulas del mar…

Son espacios donde conocemos in situ el funcionamiento de la naturaleza. Además, son garantes de la educación ambiental, por lo que inculcan esos valores de respeto hacia la biodiversidad que deben primar para vivir en armonía con el planeta. Claro está, estos centros también están siendo golpeados por la pandemia. Hasta el momento, no han podido optar a las ayudas directas que ha habilitado la Junta de Andalucía para el mantenimiento de la actividad y del empleo. Por ello, las cooperativas integradas en FAECTA, que realizan estas actividades de educación ambiental, han solicitado incentivos directos para aliviar una situación de parón prolongado desde marzo del año pasado.

Se han visto en la necesidad de hacer ERTES para proteger, en parte, los sueldos de las personas que trabajan en estos centros. Pero hay que tener en cuenta los gastos fijos de mantenimiento… Además, la situación provocada por la pandemia se suma a la que ya venían soportando por la crisis de 2008 y que llevó a muchos de estos centros a solicitar préstamos y créditos para afrontarla. Nos ha contado cómo afronta esta situación el sector de la educación ambiental Mari Luz Díaz Guerrero, representante de FAECTA y Presidenta de Ondas, la asociación que agrupa a las cooperativas de educación ambiental.


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