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La empresa lepera Polisur especializada en poliestireno está fabricando máscaras de protección para el coronavirus

JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ- Polisur

Las empresas, los y las autónomas de nuestra tierra han mostrado su preocupación y malestar por la crisis que ha generado la emergencia sanitaria.

Pero hay otras que han podido reconvertir sus actividades para hacer frente a la situación y aportar su grano de arena a la lucha contra el covid-19. Es el caso de la empresa Polisur, ubicada en Lepe, Huelva, que se ha unido a la granadina Plásticos Alber, radicada en Escúzar, para fabricar kits de máscaras de protección a escala industrial. Ya han salido las primeras unidades para ser testadas en los hospitales andaluces.

José Luis Fernández, gerente de Polisur, nos cuenta que la producción ha comenzado con un volumen de fabricación diario de unos 12.000 kitsyse alcanzará la plena producción a finales de semana, con unos 30.000 kits de protección al día. La compañía abastecerá de forma gratuita al sector sanitario andaluz y mientras se produce la homologación, ya se están comenzando a proveer a empresas manufactureras de la zona, especializadas en frutos rojos. “Estamos poniendo nuestro granito de arena para poder frenar la curva y acabar con esta pandemia”, asegura.

La compañía onubense comenzó a gestar este proyecto cuando se decretó el Estado de Alarma. Entonces facilitó los acetatos que están utilizando los coronavirus makers en Huelva, personas que emplean sus impresoras para crear diademas sobre las que se montan las pantallas protectoras. En paralelo, los responsables de Polisur se pusieron a desarrollar el proyecto industrial que ha culminado hoy lunes con la creación de los primeros kits de protección. Las máscaras cubren al usuario casi hasta las orejas y llegarán bajo la barbilla. Polisur se encarga de empaquetarlos kits de protección en los que irán varias láminas de plástico, las viseras y varias gomas para fijar el conjunto a la cabeza. Además, realiza la distribución y venta.

Unión

La ventaja de las pantallas es que con ellas, además de proteger a su usuario de la propagación de coronavirus por las diminutas gotas del rocío respiratorio de otras personas, también evitan que quien las lleva se toque la cara. Esto último es otra de las vías de contagio, ya que inconscientemente nos llevamos las manos al rostro varias miles de veces al día.


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