La orientadora laboral de la Fundación Secretariado Gitano, Francisca Cortés, reconoce mejoras en cuanto a la respuesta social, sobre todo gracias a la extensión de la educación, aunque advierte que hay mucho por hacer, no tanto en la escolarización, sino en que continúen los estudios.
Francisca Cortés afirma que la mujer gitana sufre los niveles más altos de rechazo por parte de la sociedad, un rechazo que conduce a una mayor inseguridad por parte de estas personas en su acceso al mundo laboral. Señala una triple discriminación: como mujer, como gitana, y como persona en riesgo de exclusión social.
Rechaza los estereotipos que los medios de difusión suelen reproducir sobre el pueblo gitano y que los datos contradicen. Para ello reivindica una mayor visibilidad de las denominadas “gitanas invisibles”, que son la mayoría y que están alejadas de dichos estereotipos.