El fiscal considera que el alcalde de Iguala, su mujer y el secretario de Seguridad son los autores intelectuales de la represión. Precisamente, el ayuntamiento de Iguala fue incendiado tras la multitudinaria marcha convocada para exigir la aparición con vida de los estudiantes. Casi un mes después de aquella jornada en la que murieron seis personas y 25 resultaron heridas tras varios ataques lanzados por policías locales, comenzaron a descifrarse las incógnitas de este suceso, que ha vuelto a sacar a las calles a miles de mexicanos que exigen justicia.
El fiscal general recuerda que el entonces alcalde, José Luis Abarca, fue separado de su cargo el pasado 17 de octubre por el Congreso del estado de Guerrero. Desde entonces está en paradero desconocido. Aquella noche la primera dama local tenía un acto público en el que su marido estaba presente y este recibió el aviso de su secretario de Seguridad de que un grupo de estudiantes de la escuela Normal Rural estaba aproximándose al municipio. Según el fiscal, José Luis Abarca dio la orden de reprimirlos, aparentemente sin saber que los alumnos solo acudían al municipio para pedir dinero para financiar sus actividades diarias.
Por cierto, el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, ha dimitido. El hombre que durante décadas ha dirigido el Estado de Guerrero, uno de los más violentos y empobrecidos del país, ha presentado su renuncia después de cuatro semanas en las que diferentes voces, dentro y fuera de su partido, han reclamado su dimisión.