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Los cuidados son responsabilidad de toda la ciudadanía y de las administraciones, que deben poner a disposición los recursos necesarios para garantizar este derecho

Teresa Pinera (Asociación Mujeres Feminista Puntos Subversivos)- Carmen Flores (Red Estatal de Familias Monomarentales)

El mundo se ha paralizado, ha estado confinado y tan solo hemos dispuesto, con suerte, de un pequeño espacio exterior donde nos hemos podido sentir algo más libres y al abrigo de quienes salían con nosotras y nosotros a la cita de las ocho de la tarde.

Los aplausos levantaban el vuelo para dar gracias al personal médico-sanitario que nos atendía. Por cierto, en su mayoría, mujeres. Además, son ellas sobre todo quienes cuidan a las personas enfermas, jóvenes, menores y mayores en sus hogares y en los de sus empleadores. Por otro lado, las familias monomarentales se han enfrentado a tiempos particularmente difíciles. Pero aún en los hogares biparentales, las mujeres han aumentado sus niveles de trabajo en los cuidados. La nueva situación ha afectado a la productividad de aquellas que han tenido que hacerse caso de estos, además de su propio empleo. Esto se traduce en la merca de opciones laborales y de ingresos que amenaza con formar parte de la nueva normalidad para las mujeres.

El valor social del trabajo de cuidados es esencial para sostener la vida, la economía y toda la dinámica que nos rodea y en la que infravaloramos este hecho. Debemos asumir los cuidados por igual, mujeres y hombres. Reconocerlos como la piedra angular del ser humano, donde la vulnerabilidad y la interdependencia son parte de su condición. Pero este pilar fundamental no puede recaer en su totalidad sobre los hombros de las mujeres. Vamos a reflexionar sobre este asunto, para ello saludamos a Teresa Pinera, ella es presidenta de la Asociación Mujeres Feminista Puntos Subversivos. También contamos con Carmen Flores, presidenta de la Red Estatal de Familias Monomarentales.


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