Esta tipología de vivienda cumple una «función social y de servicio público» al ofrecer la posibilidad de alojamiento a sectores de la población con condiciones socioeconómicas más desfavorables.
Las viviendas entregadas están dirigidas mayoritariamente a jóvenes, familias numerosas y monoparentales con unos ingresos anuales que no superan las 1,5 veces el Iprem (Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples), es decir los 11.000 euros netos, un umbral que corresponde a las rentas más limitadas. Atendiendo a estas especiales condiciones, las rentas que deberán abonar los adjudicatarios oscilan entre los 37 y 54 euros, según la superficie de los inmuebles.
En la selección de los inquilinos se ha establecido como prioridad atender a un amplio espectro de la demanda, de forma que convivirán en esta promoción el colectivo de jóvenes, deseosos de iniciar un nuevo proyecto vital, con familias numerosas y unidades familiares correspondientes al cupo general.
Las viviendas, de carácter unifamiliar, tienen entre dos y cuatro habitaciones y cuentan con unas superficies que varían entre los 55 y los 78 metros cuadrados útiles.