Las mujeres andaluzas salen a la calle en todas las provincias de la comunidad
Este año 2023, es el primero en el que puede celebrarse un 8M sin restricciones tras la pandemia del Covid-19. No hay huelga general, como sí hubo otros años. Si echamos la vista atrás, ahora con perspectiva, comprenderíamos muchos argumentos y se evitarían también muchas polémicas. Pero les invitamos a trasladarse a su “YO” del 8 de marzo de 2020. Poco sabíamos entonces de coronavirus y, menos aún, nos podíamos imaginar que nuestras vidas se paralizaran y estuviéramos encerrados en casa durante tres meses. Tampoco intuíamos las restricciones que llegarían durante tres largos años hasta llegar donde estamos actualmente donde la mascarilla ha quedado relegada solo a centros sanitarios y residencias y las restricciones de movilidad han desaparecido totalmente.
Antes de la llegada del Covid-19, el feminismo había registrado cifras de récord en sus manifestaciones de 2018 y 2019. Después llegó 2020 con una gran marcha que congregó en Madrid a 120 mil personas. La polémica estaba servida: se registraron 600 contagios y, una semana después, llegó el confinamiento total del país. Varios integrantes del Gobierno central que habían participado en la marcha y comenzaron las primeras críticas políticas y de expertos. Así se pronunciaba el que era entonces líder del PP, Pablo Casado.
Lo que no se dijo es que la marcha del 8M de 2020 no fue el único acto que se celebró antes del confinamiento. El mismo día 8 se celebraron decenas de actos en toda España con miles de personas, desde partidos de fútbol de primera división, como el Betis-Real Madrid con gran afluencia de público en las gradas, encuentros de la Liga ACB de baloncesto y otros, por ejemplo, en nuestra tierra, donde Punta Umbría (Huelva) acogió en Campeonato Europeo de Duatlón. Pero no solo eventos deportivos. No se habían suspendido los actos religiosos, ni las misas donde se comulga de la mano del párroco o se daba la paz. Los usuarios y usuarias de transporte público se apilaban en el metro y autobuses para ir a sus trabajos donde, por cierto, nadie acudía con mascarilla.
Ya en junio de 2020, se seguía hablando de esta polémica. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, criticaba que hubiera fuerzas políticas que trataran de empecinarse en vincular feminismo con el Covid-19. La ministra de Igualdad, Irene Montero, también abordó las críticas al 8M, hablando sobre el video filtrado en el que, ‘off the record’, apuntaba al miedo al coronavirus como causa de la caída en el número de asistentes a la manifestación feminista del 8M. A posteriori, recordaba que en el 8M de 2020 se actuó siempre en función de las recomendaciones de los expertos en salud. Volvía a recordar que el 8M no fue el único evento celebrado. Esto era junio de 2020. En noviembre el malestar social, especialmente de algunos sectores productivos como la hostelería, iba en aumento. El 12 de noviembre de 2020, los sectores de la hostelería y el turismo se echaban a las calles de Granada para lanzar un contundente SOS ante la situación generada tras las nuevas medidas decretadas por la Junta de Andalucía a grito de “no somos el problema, somos parte de la solución”.
Y no fue el único sector en salir a la calle. También lo hicieron, entre otros, los funcionarios de la Administración pidiendo estabilización en el empleo. Pero el 8M volvía a estar en el ojo del huracán. La polémica de 2020, llevó a que el Ejecutivo en Madrid prohibiera una manifestación multitudinaria en 2021, cuando en otras grandes ciudades del país sí se produjeron.
El Día de las Mujeres en 2021 impusieron restricciones a las marchas que organizaban distintos colectivos feministas mientras el Ministerio de Sanidad recomendó evitar las concentraciones en las calles y los partidos políticos volvían a la discrepancia sobre cuál debe ser el punto de equilibrio entre la protección de la salud y el derecho a manifestarse. Hubo 8M con denuncias de represión como esta, en Madrid. La formación de ultraderecha entendía que el Día Internacional de la Mujer se había convertido «en un acto de propaganda de una agenda ideológica» que nada tiene que ver con los ideales de Vox porque es un arma arrojadiza que envenena a la sociedad. El parlamentario europeo de Vox, Jorge Buxadé, llegó a pedir incluso que el 8 de marzo tuviera otro significado: el Día Nacional de las Víctimas del Coronavirus.
La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, justificó la prohibición de las manifestaciones del 8M en Madrid teniendo en cuenta la alta tasa de contagios que había entonces en la capital de España. Estas palabras hicieron que el entonces líder del PP, Pablo Casado, pidiera explicaciones sobre por qué, en su opinión, el Gobierno central había ocultado información primando la agenda ideológica en el 8M de 2020.
No fue hasta el año pasado, 2022, que se volvieron a ver marchas similares a las prepandémicas, aunque con una participación bastante más baja que años anteriores, bajo la recomendación de usar mascarilla y mantener la distancia social. Ahora, ya que hemos celebrado Semana Santa, que han vuelto los conciertos, los teatros, los toros, las ferias… Este año 2023 es el primero en el que las reivindicaciones se verán libres de cualquier restricción y, esperemos, de críticas.
DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER 2023
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