La medida del Gobierno central, que comenzó ayer 1 de enero, disminuye las retenciones del Impuesto sobre la Renta de las personas trabajadoras asalariadas y de las profesionales autónomas.
De esta manera, el Ejecutivo revierte la subida fiscal que aprobó en diciembre de 2011. Teniendo en cuenta todos los cambios tributarios, la legislatura parece saldarse con un leve incremento neto de los impuestos.
También se modifican a la baja los tipos que se aplican sobre los rendimientos del ahorro y las plusvalías. El tipo de retención para las personas autónomas se reduce de la misma manera, y el gravamen general que aplican las empresas en el impuesto de sociedades va a bajar del 30 al 25 por ciento en dos años. Para un salario medio, que según el Instituto Nacional de Estadística se sitúa en 22 mil 700 euros, la reforma fiscal implica un incremento del sueldo anual de 320 euros.