José Chamizo – ex defensor del pueblo andaluz e integrante de la ONG Sevilla Acoge
Se están subiendo los precios de alimentos básicos y cómo el Ingreso Mínimo Vital, que se aprobará el viernes en Consejo de Ministros, pretende contener la extensión y profundización de la pobreza en el Estado español.
Según los datos que publicaba en los últimos días el Banco Mundial, hasta 60 millones de personas serán empujadas a la «pobreza extrema» por la crisis del coronavirus. Y señala el Banco Mundial que, de momento, esta crisis ya ha provocado la pérdida de millones de empleos.
En este sentido, la Coordinadora Andaluza de ONGD ha pedido a la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación que no desmantele la cooperación y que no base las políticas sociales de la Junta en forzar, lo que llama, la pelea de pobres contra pobres. De este concepto de guerra entre pobres reflexiona también el ex defensor del pueblo andaluz e integrante de la ONG Sevilla Acoge, José Chamizo.
Situación
La pobreza aumentó en Andalucía un 33% en los últimos 30 años, reconoce la propia Consejería de Igualdad y Políticas Sociales. Aunque la Junta cree que no se trata de un crecimiento de la pobreza alarmante, hay barrios en la comunidad donde el paro supera el 70% o tres de cada diez vecinos son analfabetos o no tienen estudios. El Estado de Alarma y su impacto en la cadena de producción y distribución de alimentos ha propiciado también un sensible incremento de los precios de la canasta básica de alimentos en productos de primera necesidad como las legumbres.
La gestión de la pandemia en España ha hecho eclosionar a grupos radicales y movimientos antisistemas y de corte antidemocrático y ultraderechista como se ha evidenciado en las últimas semanas con caceroladas dirigidas a los responsables políticos, y este fin de semana pasado en las calles de las principales ciudades de España en una manifestación convocada por el partido VOX con desigual seguimiento donde se alentaron discursos de intolerancia y odio, se exhibieron banderas franquistas, y fueron agredidos y acosados numerosos periodistas de diversos medios de comunicación en el ejercicio de sus labores en la calle.
Un ambiente tenso que preocupa especialmente en ciudades que se encuentran aún en Fase 1 de la Desescalada con medidas excepcionales de confinamiento para evitar nuevos contagios y la propagación de la pandemia del coronavirus en España, como es el caso de las ciudades de Madrid o Barcelona.
- La salida de esta situación de emergencia no puede dejar atrás a los colectivos vulnerables, que ya estaban en crisis antes de la pandemia
- El riesgo de que los jóvenes se inicien en el alcohol aumenta tras el confinamiento por un efecto pendular
- Las nuevas tareas de desescalada requieren más recursos materiales y personal en Atención Primaria y residencia de mayores
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