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El espacio ‘Rompiendo el Silencio’ se estrena en la Onda Local de Andalucía hablando de la Ley de Garantía de la Libertad Sexual

TONI MORILLAS – Rompiendo el Silencio 

Comenzamos hoy un espacio semanal en el que vamos a romper el silencio para hablar de las múltiples violencias contra las mujeres.

Un tiempo de radio donde vamos a recoger las voces de expertas, de analistas, y también de nuestras vecinas, para abordar algunas de las aristas de este tema, desde la educación afectivo-sexual, a los nuevos territorios de la violencia como las redes sociales. Y, para empezar bien, hoy hablamos de la Ley de Garantía de la Libertad Sexual, que sigue en trámite parlamentario, todavía no está aprobada, es más tiene enfrente más de 800 enmiendas presentadas, pero promete ser un marco nuevo, diferente, para hablar de agresiones sexuales.

La conocida como ‘ley del solo sí es sí’, pone un énfasis crucial en el consentimiento. Con la norma, tal y como estaba recogida en el borrador que aprobó en julio el Gobierno, desaparece la tipificación de abuso y todo acto sexual no consentido será considerado agresión, y toda agresión con penetración, violación.

Así se reduce el margen de interpretación judicial en estos casos. Que es precisamente unas de las peticiones que con más fuerza se repitió en la calle tras el caso de la manada. Lo recordarán. Cuando, en una primera condena, la Audiencia Provincial de Pamplona descartó la violación por no apreciar ni violencia ni intimidación, y sentenció que aquel caso fue solo un abuso sexual. Las calles, entonces, se llenaron para pedir una reforma legal que ponderase mejor los delitos sexuales.

Con la desaparición de los abusos sexuales también se eliminan las multas, así, todas las agresiones tendrán condenas de prisión. Además, se amplía la lista de agravantes recogidos en el Código Penal como que el agresor sea pareja o ex pareja de la víctima.

Para lo que sí se recogen multas es para el acoso callejero, que se define como comportamientos o proposiciones sexuales hostiles, humillantes o intimidatorias, aquí quedan fuera los piropos. Las multas podrían ser sustituidas por trabajos comunitarios o castigos de localización. Eso sí, tiene que haber denuncia.

Y es que La ley, tal y como salió del Consejo de Ministros, no solo se refiere a las agresiones sexuales, incluye todas las violencias recogidas en el Convenio de Estambul como la mutilación genital, los matrimonios forzados, el acoso o la trata. También recoge medidas de acompañamiento a las víctimas durante el proceso judicial. Y se crea un delito específico para castigar la solicitud de favores sexuales por parte funcionarios que trabajan en prisiones y centros de menores o de inmigrantes.

Hoy queremos hablar de las violencias que sufren, que sufrimos, las mujeres por el hecho de no ser hombres, de lo que puede suponer esta ley, y otros asuntos tangenciales como la organización de los cuidados o el negacionismo de la violencia machista  y lo hacemos con Toni Morillas, directora del Instituto de las Mujeres.


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