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‘Tenemos que ser un escalón sobre el que las nuevas generaciones de científicas se aúpen hacia un futuro mucho más inclusivo e igualitario’, Susana Gaytán, AMIT

SUSANA GAYTÁN-AMIT Andalucía

Defiende tu derecho a pensar, porque incluso pensar de manera errónea es mejor que no pensar.

Parafraseando a la gran matemática Hipatia de Alejandría, nos abrimos a un derecho que toda persona tiene y a ejercerlo libremente, además. Ser partícipes de la generación de conocimiento, tan importante para nuestras vidas y evolución. No pedimos más. Que se abran las oportunidades para aportar nuestro granito de arena, o toda una montaña si es necesario, encumbrada por el esfuerzo, por el estudio y la ilusión. Que es el motor que mueve el mundo…

Hoy es un día para reflexionar sobre esto. Cada 11 de febrero conmemoramos el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, proclamado por la ONU en 2015. El principal objetivo: lograr una mayor participación e inclusión de ELLAS en un mundo donde la brecha de género y la invisibilización femenina es algo que continúa latente, y por la que reclamamos bien alto que dejen de existir. Los estereotipos de género, los techos de cristal, en caso de las barreras a la hora de ascender, o las arenas movedizas, aquellas que se desatan por las trabas o la dificultad por conciliar la vida personal y laboral. ESTÁN AHÍ. En algunos casos con menos garra que en otros… Y esto, por supuesto, tiene incidencia en las niñas y las más jóvenes a la hora de tomar la decisión de desarrollar su carrera profesional de la mano de la ciencia y tecnología. Pero no quedan impasibles.

Nos encontramos con un mensaje muy revelador de María Eugenia Castro, estudiante de Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo del Producto en la Universidad hispalense. Es de justicia que las jóvenes de hoy tengan oportunidad de acceder a los empleos del futuro, el 65% estarán relacionados con la ciencia y la tecnología. Así lo defienden desde la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas. No podemos permitirnos el lujo de perder un potencial incalculable, más aún cuando estamos inmersos e inmersas en una digitalización y revolución tecnológica sin precedentes.

No olvidemos que son numerosos los ejemplos con nombre de mujer que han supuesto grandes hitos y puntos de inflexión a lo largo de los siglos en la investigación científica, aunque casi siempre entre bambalinas… De ahí que pidamos que no haya más Matildas. Así se denomina un fenómeno que no tiene otro componente que la injusticia. Y es que los méritos de los descubrimientos de muchas mujeres se le han atribuido a algún compañero o incluso a su marido. Nettie Stevens, Lise Meitner, Marietta Blau o Rosalind Franklin. Son algunas de ellas. Y nos quedamos muy cortas. Es probable que, si Einstein hubiese nacido mujer, su apellido apenas nos sonara hoy.

Si nos fijamos en un referente coetáneo. No hay que irse muy lejos de nuestra tierra. Hace muy poco contábamos en nuestros micrófonos con la matemática de Coria del Río, Clara Grima. Y es que ha sido incluida en la lista FORBES 2022, un elenco que cada año realiza la revista estadounidense. En este caso, aparece en su edición española, junto a las otras 21 personas que serán las protagonistas del cambio en el nuevo año por la relevancia de sus proyectos o empresas.

Después de esta antesala, damos la bienvenida a Susana Gaytán, profesora de la Universidad de Sevilla y presidenta del nodo andaluz de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas.


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